La decisión de acceder a una vivienda, ya sea la compra o el alquiler, supone una de las inversiones económicas más importantes en la vida de las personas. Es natural en estos casos preguntarse qué consideraciones son necesarias y tener una base de conocimientos antes de actuar.
En muchos casos, comprar una vivienda nueva o usada es más cómodo y beneficioso que construir una propia, por las trabas que supone la segunda opción. Las contemplaciones sobre comprar una vivienda van más allá que las de vivir en régimen de alquiler. Los consejos para la primera opción son los siguientes.
Controlar la ubicación, el contexto urbano y su evolución
A la hora de comprar una vivienda hay que contemplar la orientación, para reducir así el gasto energético en calefacción e iluminación, pero también la cercanía y el acceso a servicios básicos: centros de salud, abastecimiento, transporte público, infraestructuras. recolección de residuos y alcantarillado.
En este sentido es útil indagar sobre proyectos de infraestructura o proyectos sociales que están ocurriendo en la escala circundante del barrio o el distrito, para conocer si la propiedad puede aumentar o disminuir su valor de mercado.
Conocer la normativa local y el estado de regularización de la vivienda
Tomar la decisión de comprar una vivienda obliga a pensar a largo plazo y comprobar si la normativa local permite que la vivienda se adapte a tus necesidades. El desconocimiento de las normativas de construcción puede frustrar las ideas de ampliación, reformas y remodelaciones.
En este sentido, es también importante conocer si la vivienda está en regla o registrada, cumpliendo con los requisitos municipales para evitar sanciones o gastos adicionales.
Cuidado con los materiales y el envejecimiento y desgaste
Ya sea para comprar una vivienda o para construir una propia, los materiales no duran para siempre, por los que hay que considerar que en algún momento habrá que hacer reformas o remodelaciones. Tómate tu tiempo en revisar las terminaciones y calidad de los materiales para saber a qué te enfrentas en el futuro con su mantenimiento.
La estructura y las instalaciones
No solo es necesario revisar las instalaciones – la presión del agua, el contador eléctrico – sino entender cómo funciona el sistema estructural de la vivienda. Así podremos comprender cuáles son las capacidades de ampliación en caso de que sea necesario.
Con respecto a las cuestiones normativas, hay que vigilar espacialmente que las instalaciones estén al día en esa legislación, para que no suponga ningún gasto extra tener que adaptarlas.
Comprobar los gastos periódicos y los costes de mantenimiento
Un último consejo a la hora de comprar una vivienda es comprobar qué gastos asociados tiene la vivienda: tarifas de servicios, el coste de limpieza y alumbrado, los impuestos… y por supuesto también las revisiones de mantenimiento de instalaciones como la caldera o las derramas que supone formar parte de una comunidad de propietarios.