Ciudades densamente pobladas e inundadas de casas pequeñas. Cada vez nos vemos obligados con más frecuencia a adaptarnos a espacios de reducidas dimensiones en las que apenas hay lugar para almacenar todas nuestras pertenencias.
Por suerte, con algunos consejos podemos sacar el máximo partido a los espacios para almacenar pertenencias en lugares reducidos.
Asociar el almacenaje a los muebles imprescindibles
Una buena estrategia para ganar espacio en las casas pequeñas es fusionar los espacios de almacenamiento con aquellos muebles que son imprescindibles para la habitabilidad. Así, estos muebles se pueden adaptar para cumplir varias funciones a la vez.
Almacenar objetos bajo la cama
La cama es indispensable en el dormitorio, pero si la habitación es pequeña, el espacio libre que queda bajo el colchón y el somier puede ser utilizado como espacio de almacenamiento. Si la cama cuenta con la altura necesaria, puede levantarse para incorporara perchas de ropa, cajas y estantes con gran capacidad de almacenaje.
En un estilo más informal, la base de la cama puede diseñarse como cajones abiertos que dejen los objetos a la vista y se integren en la imagen general del espacio. Los cajones pueden ser incluso móviles y utilizar sistemas de apertura deslizantes, abatibles, extraíbles o plegables.
Estas mismas operaciones pueden repetirse en la sala de estar, diseñando estructuras que permitan sentarse en sofás y sillones pero que, a su vez, permitan una gran cantidad de espacio de almacenamiento bajo ellas.
Utilizar espacios residuales inesperados y aprovechar la estructura del edificio
Con pocos metros cuadrados, todo espacio debe ser aprovechable, las esquinas, el ancho de los muros, el almacenamiento vertical, la estructura de una escalera…
En este sentido, una práctica interesante es multiplicar la capacidad de los cajones. Si diseñamos cada cajón con precisión, podemos acomodar todas las pertenencias de mejor modo. Además, existen en el mercado cajones ocultos que incluyen subdivisiones eficientes y otras tecnologías para utilizar de mejor manera las áreas previsiblemente a desechar. Tenemos como ejemplo las bandejas basculares o giratorias que permiten aprovechar las esquinas de los muebles.
Una opción interesante que aprovecha esta dinámica es el uso e las escaleras. las escaleras pueden ser reaprovechadas como bibliotecas o bodegas pequeñas. La clave es almacenar utensilios y objetos en sus peldaños, que también pueden ser usados como cajones.
El espesor de los muros no es un espacio muerto
Si agregamos algunos centímetros al ancho de los muros podemos ganar valiosos espacios de almacenaje y darle una segunda función a la estructura del edificio. En algunos proyectos de rehabilitación, los muros se desmantelan para ampliar el espacio y permitir el paso de luz natural. En estos casos, sus vigas y pilares pueden ser reutilizados para funcionar como estanterías o repisas.
Usar de manera creativa la altura
La altura en los recintos interiores es siempre un valor agregado, y mucho más en casas pequeñas. Las zonas de almacenaje superiores pueden ser muy efectivas para ayudar a libertar el espacio habitable más abajo.
Al disponerse en un nivel distinto al del resto de elementos, los estantes colocados en altura permiten que el espacio se pueda recorrer sin ser obstaculizado, variando su apariencia según el estilo y la función del espacio adyacente.